
Frailecillo Atlántico: el ave más rara y bonita del norte

Parece un pingüino con un pico de colores brillantes, pero en realidad es uno de los pájaros más únicos del mundo. El frailecillo atlántico es esa ave que cuando la ves, no se te olvida.
Yo lo describiría como una mezcla entre ternura y rareza. Su aspecto “gracioso” no le quita mérito: es un maestro del mar y del aire, capaz de volar a 80 km/h y pescar bajo el agua como un torpedo.
¿Qué hace tan especial al frailecillo?
Lo primero que impacta del frailecillo atlántico (Fratercula arctica) es su apariencia. Aunque muchas veces se lo confunde con un pingüino por su coloración, lo cierto es que pertenece a la familia de los álcidos.
Su cuerpo es compacto, con alas relativamente cortas que usa tanto para volar como para nadar. Pero lo que realmente lo hace destacar es su pico: grande, triangular y de vivos colores naranjas y rojizos, especialmente durante la época de cría.
Podemos decir que destaca por los siguientes 4 puntos:
- Pico triangular multicolor: No es solo bonito, le permite transportar varios peces a la vez.
- Parecido a un pingüino, pero en realidad es un álcido.
- Tiene un comportamiento fiel y social, regresando al mismo nido con la misma pareja cada año.
- Su plumaje, su forma de moverse y su entorno lo hacen digno de postal.
Cuando lo descubrí, pensé: "una de las aves más raras del mundo, pero a la vez bonita y diferente"… y no me equivoqué.
Vídeo con las curiosidades del frailecillo atlántico
¿Dónde habita el frailecillo atlántico?
Esta ave habita en el Atlántico Norte: Islandia, Noruega, Canadá, Reino Unido y costas del norte de Europa. Durante el invierno, desaparece mar adentro.
- En verano, anida en acantilados y madrigueras en tierra firme.
- En invierno, vive totalmente en el océano, sin tocar tierra por meses.
Una vida extrema para un ave que parece de cuento.
¿Qué come el frailecillo atlántico?
Su dieta se basa en peces pequeños como el lanzón o el arenque.
Lo sorprendente: puede llevar hasta 10 peces a la vez en el pico, gracias a una lengua con espinas que los mantiene sujetos.
También es un excelente buceador: aletea bajo el agua y se impulsa como si nadara volando. Literalmente.
Cortejo y cría
- Son monógamos y fieles: regresan al mismo nido año tras año.
- Tienen rituales de cortejo donde chocan los picos en una especie de “baile”.
- Crían un solo polluelo por temporada. Ambos padres se encargan de alimentarlo.
Verlos regresar con la fila de peces perfectamente colocados en el pico es una imagen que no se olvida.
¿Están en peligro de extinción?
Sí. El frailecillo atlántico está clasificado como “vulnerable” por la UICN, donde sus principales amenazas son:
- Cambio climático (menos peces disponibles).
- Contaminación marina (plásticos, petróleo).
- Pesca industrial (competencia directa).
- Turismo no regulado en zonas de cría.
Por eso, muchos proyectos de conservación se enfocan en proteger colonias y educar sobre su importancia.
Ver uno en libertad: un sueño real
Islas remotas de Islandia o Escocia ofrecen la posibilidad de verlos de cerca. Y cuando sucede, es mágico:
- Se acercan sin miedo.
- Te miran con esos ojos negros y curiosos.
- Y si despegan… los ves convertirse en misiles alados con alma de dibujo animado.
Para mí, conocer al frailecillo fue descubrir una joya del Atlántico. Un animal diferente, bonito y resiliente, es mucho más que una cara bonita. Es símbolo de resistencia, elegancia y adaptación.
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